En muchas empresas, el problema no es la falta de talento, sino lo que se hace con él. Este cuento, ambientado en una fábrica de galletas, retrata cómo el mal liderazgo, la cultura del miedo y la inercia pueden apagar incluso las mejores ideas. Si alguna vez sentiste que tu voz se perdía en los pasillos de una empresa, esta historia te va a resonar.