Con la llegada de la Expo se pretendió llevar el arte a la ribera del Ebro y para ello se realizó una importante inversión en 20 intervenciones artísticas. El paso de los años las ha tratado de forma desigual. Muchas de ellas han sido vandalizadas o se encuentran deterioradas. La que presenta un mejor estado de conservación es El Alma del Ebro.


El Acuario se ha convertido en una referencia de la ciudad y cada año aumenta el número de visitantes.

Si el Acuario es la cara, la cruz la representan los pabellones de España y de Aragón que permanecen cerrados desde que finalizó el evento, además la Torre del Agua y el Pabellón Puente tan solo han abierto su espacio en momentos puntuales. Este último se encuentra actualmente en obras para acondicionarlo como sede del Mobility City.






El Telecabina de la Expo ha sido otro de los elementos que ha desaparecido. Dejó de funcionar en 2011, en 2018 fue desmontado y en 2020 se vendió a la estación de esquí israelí Mt. Hermon.


Los pabellones de la Expo se han acondicionado para albergar Expo Empresarial y la Ciudad de la Justicia.





Pasear por el espacio que ocupó la Expo traerá a los mas nostálgicos recuerdos de los días vividos en aquel verano de 2008.










