Con la salida de Juan Carlos Cordero en marzo, el Real Zaragoza necesitaba encontrar al arquitecto capaz de revertir una tendencia deportiva claramente descendente. Varios nombres se pusieron sobre la mesa, pero en el tramo final del proceso fue Txema Indias quien se impuso a Chema Aragón, que poco después firmaría con el Racing de Santander.
Aunque el Real Zaragoza cerró cuatro incorporaciones en el último día de mercado, el Racing apostó por dos refuerzos clave en ese mismo tramo final. El mediocentro colombiano Gustavo Puerta, procedente del Bayer Leverkusen y el central uruguayo Facundo González, cedido por la Juventus de Turín. Dos movimientos que demuestran que esperar hasta el último momento puede ser una jugada inteligente.
Antes de ese cierre, Chema Aragón ya había reforzado la plantilla con nombres como Asier Villalibre (Alavés), que suma cuatro goles desde su llegada, Peio Canales (Athletic Club), Plamen Andreev (Feyenoord) y Pablo Ramón (Espanyol). En total, seis incorporaciones que han elevado el nivel competitivo del equipo.


Kervin Arriaga se convirtió en una pieza diferencial en el centro del campo del Real Zaragoza. Su despliegue físico, potencia y capacidad de recuperación ofrecieron al equipo un perfil que hasta entonces parecía ausente, y su aportación fue determinante para conseguir la permanencia, sin embargo, una de las primeras decisiones de Txema Indias al asumir la dirección deportiva fue no ejecutar la opción de compra del internacional hondureño. En su lugar, ha depositado su confianza en Paul Akouokou para ocupar esa demarcación clave. El tiempo, como siempre ocurre en el fútbol, será el juez que dictamine si esta apuesta fue acertada o si, por el contrario, se convertirá en un error estratégico.


Entre los movimientos más destacados del verano en Segunda División se encuentra el fichaje de Jesús Vallejo por el Albacete Balompié. Tras varias temporadas con escasa continuidad, el defensor zaragozano busca reencontrarse con su mejor versión. Si las lesiones le respetan, Vallejo tiene el potencial para convertirse en un jugador diferencial y en un pilar defensivo para el conjunto manchego. Su llegada no solo aporta experiencia, sino también una dosis de ambición que podría marcar la diferencia en los momentos clave de la temporada.

Muchas incorporaciones pero poco nivel, ese podría ser el resumen del mercado de fichajes del Real Zaragoza, un mercado que genera serias dudas sobre la mejora de la plantilla. Las salidas del club han comenzado a dar frutos en otros destinos. Marcos Luna se ha asentado como titular en la UD Almería, Gaëtan Poussin ha mantenido su portería imbatida en los dos encuentros que ha disputado con el Red Star, Sergi Enrich ha arrancado con fuerza en la SD Huesca anotando dos goles en cuatro jornadas, Adrián Liso brilla en Primera División con el Getafe, donde no solo es titular, sino también el máximo goleador de la categoría con tres tantos y Enrique Clemente ha encontrado continuidad como lateral izquierdo en la UD Las Palmas.

Las sinergias con el Atlético de Madrid se han terminado. Aunque el conjunto rojiblanco ha cedido a varios futbolistas, principalmente procedentes de su filial, ninguno de ellos ha recalado en el club aragonés. Además, el Atlético ha optado por otras fórmulas como ventas a bajo coste, asegurándose beneficios económicos en caso de futuras transferencias.
Dentro de estos jugadores destacan el portero Alejandro Iturbe que ha fichado por el Elche CF y parte como tercer guardamenta por detrás de Dituro e Iñaki Peña, los defensas Martín Pascual (CD Mirandés) y Pablo Pérez (CD Mirandés), el centrocampista Joaquín González (Cádiz CF) y los delanteros Adrián Niño (Málaga CF), Víctor Mollejo (Burgos CF), Diego Bri (Córdoba CF) y Salim El Jabari (CD Mirandés).
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